viernes, 25 de julio de 2014

 
 
 



Dicen que quedan cicatrices, que no se borran, que dejan un surco más o menos profundo según lo grande que la herida fuera. Las marcas de la vida, las provocamos nosotros a los demás y a nosotros mismos. Nadie te hace daño si tú no lo permites.
El tiempo aplaca el dolor en la carne, el tiempo hace que la marcas se vuelvan más claras, se diluyen un poco.
Cuando el silencio campe ante ti ,míralas y recuerda que solo tú puedes evitar ese escozor que alguna vez provocan las cicatrices del alma.
Tengo dentro y fuera de mí una colección de marcas de agua. Es imposible no verlas, es imposible no pensar cómo se produjo cada una y en qué tiempo. Pero no las doy importancia. Así me pongo una falda, la manga corta o desnudo mi cuerpo en el mar. No me importa que se vean, ni que se lean las que llevo dentro. El silencio no las calma, confío en el tiempo y en las caricias que no piden nada.
Y si tengo cicatrices, es porque he vivido, es porque ha dolido, es porque no había aprendido a vivir sin pasión, y no pienso hacerlo porque la pasión soy yo en todo lo que hago, en todo lo que amo. Tranquilos, yo solo dejo huella, no llego a tanto.
 
 
https://www.youtube.com/watch?v=jdgMOkbdHkM    Tiempo y Silencio- Césaria Évora & Pedro Guerra
 
 
 

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