domingo, 3 de enero de 2016

Las más felices trepan a la luna


https://www.youtube.com/watch?v=Rec9nKNpjoI   Ken zazpi - Ilargia (letra y traducción)  




Hoy hace un año, estará por aquí pero hoy lleva mi nombre porque se lo merecen, porque son mis letras y mis palabras, mis pensamientos en alto cuando alguien los lee en un susurro.

Tras mucha insistencia por parte de mi familia y amigos íntimos vuelven al lugar que les corresponde.

Gracias a los que ya pasabais antes por el blog en abierto y bienvenidos a la voz del silencio iluminada por la luz de la luna.

 
 
 
 

4 de enero de 2015 a las 2:51

Mis letras se escapan de los cuadernos,
huyen de los teclados.
Se sienten libres mis hijas,...

tímidas las mayores, más sueltas las más jóvenes.
Sacan la lengua a los que mandan
blasfeman como los hombres,
se ofrecen como mujeres sin bragas en mitad de un parque.
Se hacen mayores mientras yo las dejo ahí,
posadas en cualquier parte.
Cuántas regalé, tenía demasiadas.
Las más felices trepan a la luna,
las infelices, esas nunca acaban de irse...
se agarran a mi pantorrilla,
me tiran del pelo,
quieren matarme para que no salgan otras que las apaguen.
Quién va a recordar suicidios y noches en vela si nacen flores de mis manos?
Pero no se alejan demasiado.
Las malcrié, les di mucho tiempo a mamar de mis entrañas,
me chuparon la sangre casi,
el sueño, la paz, las madrugadas...
En tantas madrugadas me servían otra copa y decían:
-apura, bebe! Crea más como nosotras, la noche es fría aquí a tu lado.
Serán putas! Dignas hijas mías!
Se contonean entre renglones,
parecen decir mientras dicen lo contrario.
No hay remedio, se alejan!
Las dejé anoche cerradas, detrás de las pastas de un cuaderno enorme,
bocabajo, a oscuras, en silencio. les he quitado la música
y las encontré en casa de la portera.
Ella lloraba y sorbía mocos:
-qué tristeza traen sus hijas pequeñas, con lo buenas que eran las mayores. Qué pena estas no se enamoren de un vagabundo y con él se vayan señor. Van a matarle de tristeza. Qué cosas cuentan!
Le pido disculpas a la pobre mujer.
Las arreo por la escalera arriba,
y las miro cabizbajas, como si estuvieran tristes de hacerme daño.
Pero yo estoy orgulloso de ellas, las dejé muy sueltas,
confié en ellas.
Si lo veo, si tienen alma las condenadas.
Les pongo un beso sobre la tinta que se les escapa, las abrazo contra mi pecho:
-pasadme ese dolor hijas mías! Soy yo el que os pide perdón.
Yo quien elije morir, no lo hagáis vosotras. No os vayáis nunca, sois vosotras de verdad mi alma.
 
--Mayo--
 
 

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