lunes, 26 de mayo de 2014





Ahora...
 
 
Llegaban antes que nadie. Las manos cogidas. Ella baja, despeinada, falta de dientes y sobrada de sonrisas, y él... él perdido en su mente. Un saludo equivalía a una respuesta, parecía de primero estar todo en orden. Una pareja de ancianos sin más. Las manos no se desenlazaban salvo para poner la servilleta en el pecho de su hombre, menguado para todos nosotros y crecido a ojos de ella. Había sido un gran buscador de historias en s...u juventud. Se encargaba de ponerle la sombra al sol, para que ella caminara, de apartar el agua de los charcos, para que ella no se mojara, de poner movimiento al aire, para que ella no pasara calor. Había sido un gran buscador de momentos para su amada. El momento del primer beso, del encuentro en el lecho, al principio trémulo y vergonzoso y luego, ya perdida las vergüenzas, y ganadas las confianzas, gran creador y buscador de su sexo mojado, ardiente y pleno del suyo, así decía ella y así lo recordaba ahora. Una cucharada más, amor...paciente, sin vacilación. Del mismo modo que no vacilaba en jugar desnuda por la casa, mientras él se reía y mientras su cuerpo la iba deseando, y casi escupiendo orgasmos a cada paso, la deseaba tanto, que no podía si no, blasfemar, porque no podía poseer en totalidad a aquella mujer, cuyo alma no era posible tener como su cuerpo gimiente, ardiente y por favor, húmedo ,tan húmedo como la lluvia torrencial del mes de abril. Qué curioso recordar esas cosas mientras le da el agua a los labios con una pajita. Benditos labios comedores de abismos entre sus piernas. Una sonrisa de ella, hace que él, instintivamente ,sonría también. Esa sonrisa que se dormía sobre sus labios a cualquier hora del día y de la noche. Una mano, siempre se unía a la suya, casi nunca lo soltaba del todo, tenía tanto temor de que al hacerlo su mente se fuera para siempre...Y despacio se levanta y lo ayuda a ponerse en pie. Qué pequeños los vemos, y qué grandes se ven el uno al otro! Yo a veces, sin parecer mirar, observo la ternura de sus miradas. Qué gran mujer, la que observo, qué manera de sujetar un poquito de su amado en este lugar, cerquita de su pecho, qué manera tan grande de entregarse a él. Qué lástima piensa ella, ahora que no estás, ahora, ahora, es cuando mi alma se ha entregado a ti del todo. Las almas, tal vez no giman como los cuerpos, más no gemíamos de placer humano ,esas voces salían ,expresaban el amor, cómo si no, podría haberme dejado ir de ese modo libre de toda regla, después de la dura y reprimida educación en que me crié. Amor, amor, amor...ojalá en algún momento, sepas que ahora sí que mi alma hace el amor, el sexo, la pasión y destruye y levanta mareas , campos y montañas con la tuya, que el humo que sale de casa, no es hoguera de calor si no, la manera más grande de entrega conocida nunca. Van despacito, saliendo y ella, se gira, me mira y sonríe, sabe que lo he visto , sabe que he visto cómo se entregaba a él en público y un rubor de satisfacción, arrebola sus mejillas, satisfecha de saber que alguien sabe lo que de veras se aman.

https://www.youtube.com/watch?v=e-MopOQAXFk&feature=share   Esta nueche - Xera (subtítulos en bable y español)


 

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