domingo, 25 de mayo de 2014




 
 
 
https://www.youtube.com/watch?v=jn0Q9fYPQy4    Fito y Fitipaldis - Mirando Al Cielo
 
 

Cabe todo aquí. Los besos sin dueño, las marcas de agua, los latidos sin compás, la risa del mar.
Hay un lugar para cada cosa, dentro del caos de mis estantes.
Encierro en viejas latas todas las esperanzas, todos los sueños. Así, si me siento triste, tengo una con el fondo negro, en la que puede leerse: ábrase en caso de necesitar reír. Otra alta, cuajada de lunares blancos, esconde para alegrías extremas, un collar de llanto de las montañas. Otra forrada de plástico, guarda en el congelador nieve de inviernos pasados.
La más bonita, por simple, una serie de genomas venidos de Suiza, en el que me cuentan por dónde pasaron todos mis ancestros maternos. Ahí encontré el rastro de los nómadas que venden y chatarra aún después de muertos. Muchos nómadas y viajeros de distintas razas, ahí la curiosidad y el don de gentes?
Llevo el color cobrizo, por aquellos guerreros que adoraban la muerte y la naturaleza. Así al reflejarse el sol, recuerda a todo el que me vea, que hay otras tierras más al norte, de las que proviene mi estirpe, y explica que prefiera morir peleando que no sin libertad. Cuenta porqué venero a niños y ancianos, y porqué me iré antes de no ser válida.
Todo está escrito dentro de nuestra mirada. No es casual sentir preferencia por una flor. No es mi flor favorita, no solo yo la veo. En cada respiración, alimento a todos los que me han dejado su huella genética, soy, somos, un poquito de muchas gentes de distintos lugares. Soy tan hermana de los hombres que adoraban a los dioses de la naturaleza, como de los que vertieron agua y sacramentos para no irse de aquí. Tanto de los que vinieron de los desiertos de África, como de mujeres de ojos rasgados perdidas en una montaña amarilla como su piel. Tanto como soy hermana de mi hermano, soy hija de todos los pasos que recorrieron los pies de hombres que de algún modo, aún viven en mí.
No murieron un día ni una noche ajada, siguen vivos, mientras yo lo sepa, y aún sin saberlo.
No hay nadie diferente en parte alguna, todos somos parte de una gran familia que nos acompaña sin que lo sepamos. Nos advierte, nos guía, una memoria universal, que si se quiere ubicar, es más sencillo de lo que parece. Está dentro, búscala en ti, no desprecies a nadie por colores o creencias, está seguro más cerca de tu interior de lo que piensas.
 
 

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