lunes, 24 de noviembre de 2014

Los ángeles a veces no tienen alas



 
 
Los ángeles a veces no tienen alas. Muchos andan por el mundo a nuestro lado, no saben que lo son. Se visten comúnmente, no le dan importancia a su cabello despeinado. En ocasiones, son seres que ríen a cada momento, te dicen mil tonterías o ternuras para que tú también lo hagas.
Hay ocasiones y ángeles que no sonríen. Se van buscando la vida en los rincones sin luz, en las calles desiertas a última hora de la noche o a primera de la mañana. Son seres que lloran aunque no derramen lágrimas, pero allí donde van, llevan esperanza.
Hay otro tipo de ángeles que sonríen pero su mirada es triste. Casi no hay ocasión para que sus ojos centelleen. No suelen despedirse si se van, no se creen imprescindibles, lo hacen a su manera, como diciendo -me voy! y su huella en la acera, de repente no falta un día de lluvia.
Es cierto que los ángeles pueden volar? Si yo lo fuera, os aseguro os lo diría. También yo alzaría los brazos para saltar al vacío. Es más, creo que lo hago en ocasiones. Pide el deseo, salto y luego os lo cuento? No soy un ángel blanco y luminoso, pero soy un ángel, así sea negro, así lleve tristeza a los ojos que me miran, así lleve rudeza en las palabras. Ángel al fin y al cabo.
Salto y si el odio salta a otra parte en la caída y no cree en mi vuelo, vuelvo y me convierto en un blanco ángel de esos que creen en el cielo.
 
 
 

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