Quédate si has encontrado a mi lado lo que buscabas. Quédate conmigo, no para que lama tus heridas, quédate y lame las mías. Escuecen, están abiertas desde que vi la luz. También necesito a veces parar, bajar mi ritmo, tener tiempo para sentir y respirar. Necesito también relajar mi cabeza en un regazo que me ame. Ver los campos del color que la tarde los pinta, cálidos y dorados. Correr libre de culpas y silencios, tener certezas.
Prometo esperar tu regreso, sin hacer preguntas, nunca las hago. Prometo acariciar y desenredar tus cabellos ,serte fiel en alma y cuerpo, pues mi alma es tuya y mi cuerpo es del tiempo y pasa raudo sin darnos cuenta. Prometo ser el líquido que calme tu sed de muerte y la carne que colme tu hambre de mi carne.
A cambio escucharé cuentos en medio de la noche, en el que las princesas sean mujeres reales y el príncipe las ame porque son lo que buscaban sin saberlo. Las amará porque no se peinan y no van a más moda que la suya. Yo te leeré secretos poemas que nunca antes vieron tus ojos ni ojos humanos, pues los guardo con la esperanza de que existas.
Te enseñaré mi estrella, de ella vendrá el enviado que espero antes de nacer, y será llamado por tu nombre y clamado por mi garganta, deseado por mis sesos e implorado por mis brazos. Yo también tengo un secreto mientras tú lloras de madrugada.
Yo también te lo diré solo si vienes conmigo, te lo diré de puntillas en tu oído: quédate, te necesito!
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