sábado, 9 de enero de 2016


 
 
 
Mi alma vive al borde de un precipicio. Todos los senderos llevan una y otra vez al mismo abismo bajo mis pies. Miraré a otros hombres para no pensarte. No necesito el reloj al que no le van las manijas. Quiero que pase el tiempo deprisa, como pasaba de tu mano.
Algún día el precipicio será escalera, y tu ausencia libertad.

--Margarita Soto--
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario