viernes, 8 de enero de 2016

No es casualidad




Que llegue la calma, no planeé enamorarme y menos amarte. No entrabas en mis planes, porque no los tenía. Saltar a abismos, pasear al filo de la luna, gritar en las corrientes de los regueros...
Ser en un instante todo y nada. Derramarme entre sábanas frías para sentir. Sentir, como si en un instante de piel helada, las notas de todo el universo golpearan en mi cabeza para abrir una mañana nueva y ...
llena de escarcha.
Te reirás, pero todo mi jardín, ese que poseo con los ojos cerrados se llena de barcos de papel y de luciérnagas que huelen a alhelí.
Pero aunque no llegue la calma, porque es imposible en mi caos ordenado, te amo esta noche en que sueño contigo, como cuando estabas lejos y yo quería estar en tus brazos.
Quiero seguir teniendo luz en las mejillas después de que las toques con las yemas de tus dedos. Saltar quiero a ese abismo, de cabeza y sin pensar porque escapan mis sueños cuando estoy al otro lado del precipicio y no quiero ver a nadie que no seas tú.
No es casualidad que nos volviéramos a cruzar.
 
 

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