miércoles, 24 de mayo de 2017

Si no tú




No es el amor si no tú el que se enreda en mi cabeza. Aquí un murmullo precedido del jadeo, de la saliva sabia de tu lengua en mi pecho y en mi vientre.
No es aquel rumor de amaneceres prudentes, la cadencia exacta que precedía la despedida. No hay más adiós que el hasta un rato, en nada estoy, voy a buscarte.
Ya no espero sentada en los parques al que nunca acercó sus pasos. No miro el mar cada noche en compañía de mi perra lanzando mensajes a las olas. Mi mar se queda anclado entre mis dedos y la arena.
Hace calor, demasiado a esta orilla que dejé hace un momento. Es Mayo y huele a flores, a sal marina, a sal entre mis piernas, tú que no comes soso, que no concibes la vida sin mi compañía. Un ladrido y un gruñido me precede, la casa entonces se ilumina cada atardecer, se llena de inciensos y amapolas rojas.
Es el tiempo de abandonarse al tiempo, al momento latente, el tiempo de bajar corriendo hasta la orilla de mi infancia.
Ahora nos quedamos las dos aquí, en casa, a tu lado. Cenamos a la luz de la noche en la huerta trasera y desde el jardín llegan las voces de los niños. Pronto todo se llenará de turistas escandalosos. Harán fotos de nuevo al tejo de la entrada, robarán las rosas y las peonías. Haremos como si nada, aunque cojan las cerezas, aunque escupan las pepitas, aunque todo fuera diferente este verano y el rumor fuera escaso y lejano, me daría lo mismo, porque eres tú el que está en mi cabeza antes y después de besarme tirados en mi playa.


--Mayo--

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