viernes, 21 de julio de 2017

Mi padre no está en las cenizas


Hoy estamos aquí para poder decir en alto que hay que asumir tu marcha. Que nos consideramos dichosos de haberte tenido con nosotros. Si algo te define es amor, no hay una palabra que describa mejor lo que tú eres, y no lo digo yo que soy tu hija, lo dicen todos los que en su recuerdo te mantienen vivo.
No me atrevo a decir que no puedo echarte  más de  menos, no lo escuchen los dioses y me hagan aún extrañarte  más..



FEBRERO2014


La última noche en que tuve tu presencia. Me giré con angustia para verte detrás del cristal en tu cama blanca. Media luz, no nos dejan siquiera a solas con los nuestros. Es necesario a veces despedirse, poder sacar las lágrimas que se estancan en la garganta. Pero no pudimos.
Sigo sin sacarlas aún. Cada día me duele más la ausencia. Es como el silencio, la nada, lo que no existe lo engloban esas palabras. Todo lo que sin ser es tan importante.
La corazonada de no saberte más. El beso suave sobre tu frente.
He vuelto ayer al trabajo, de nuevo mañana he de esperar con la angustia en el pecho saberte lejos aunque estés a pocos kilómetros. Quiero que el tiempo vuele para salir corriendo. Me importa un bledo no ducharme ni peinarme, todo lo que me importa es estar cogiendo tu mano, cogida de la mano del único hombre digno y leal de mi vida. Jamás has dudado de mí ni me has dejado.
Hasta ahora que era inevitable, hasta ahora para lo que llevo toda una vida preparándome y lo hice bien, soporto el dolor y la ausencia, quizá porque siempre me he sentido sola la mayor parte del tiempo.
Ha pasado un año de tu ausencia, de la nada que ahora es todo. No me caí ,seguro que eso te ha gustado, seguro que no te ha sorprendido. Aprendí en ese último tiempo a saber soportar los envites del viento azotando la cara. Me la ha magullado bien, es otra, parecida a mí, pero no la misma, esa se fue contigo.
Recuerdo como bajito me decías :
- vamos a casa!
y yo te decía que cuando nos dejara el médico. Cómo me buscabas con la mirada y te relajaba mi presencia y tu carita de niño chico cuando te daba besos. Y tú me los dabas...De dónde sacabas las fuerzas para dármelos si no de tu amor papá? Acaso alguien me ha dado más sin pedir nada?
La fuerza para sedado apretar mi mano como yo te pedía para saber si me entendías o escuchabas.
Sigo pensando que apenas hice nada, que no supe, ni pude. No me disculpo porque ya no sirve. Me autocastigo cada día por ello y así será hasta el último de mis días, me digan lo que me digan no estuve a la altura y con saberlo yo me basta. Ninguno lo estuvimos, el listón era enorme, jamás podríamos ni acercarnos a lo que tú nos dabas.

Sigo arrastrando los pasos, cantando, bailando y haciendo lo que hacía antes, pero cada día con una diferencia más marcada, con una diferencia bien clara, ahora que te he perdido y ya no está tu presencia y tus palabas sabias a mi lado, me importa cada vez menos, un carajo, una mierda, lo que digan los demás. Sobre todo los que no me conocen y  critican, sobre todo los que sí y no me ven, porque si me vieran, se darían cuenta de todo lo que escondo detrás de mi sonrisa y de mis ojos tristes, esos que hago bailar y parecen reír.
Café...papá. Entre ambos está, ya ves, el aroma y la calidez de tu café cuando yo llegaba a casa de visita y después el que yo te hacía a ti. Ese aroma subiendo la escalera...
Ahora un hombre hace café para mí, y sólo le pido a la diosa que entienda qué importante es ese aroma en mi casa, que no es que yo no quiera hacerlo, que es que para mí es el acto de amor más grande, la bienvenida a CASA, al hogar, a mi interior es ese aroma de café que tú me enseñaste a compartir. El todo está bien, el eres especial y eres mi niña, la eterna niña de mi padre.
No te preocupes, que no faltaré a la cita ,con mi taza de café en el alma allí donde estés, imagino que paseando a Clara y a mi hermano de la mano, por universos con estrellas de colores.
Cada día te quiero más papá, aunque la ausencia y el silencio sean la nada.

Tengo un recuerdo que no me abandona:
No  olvido, ni tu seriedad, ni tu mirada al decirlo, mi cabeza cada día me lo muestra:
-YO NO VOY A OLVIDARTE NUNCA!
 Yo a ti tampoco papá, nadie se ha atrevido a quererme y mirarme como tú, para eso hay que ser mi padre o estar loco.

Has muerto un mediodía, y con tu corazón han quemado al mío. No hay sepultura posible para la razón y el amor. Dentro del vacío, no sé si existe el silencio o se dicen todas las palabras en la ausencia, sin ser pronunciadas. Me dejas en esta orilla expuesta y sola a todos los elementos. El viento azota mi cara, el granizo la golpea, la lluvia no quiere pararse en mi mirada y nada es del mismo color desde que te has ido. Me pesa demasiado la vida, hacías montones de cosas solo con tu presencia serena y callada. Con mirarme detrás de tus ojos bicolor, ya me sentía en mi casa, aunque estuviera al otro lado del universo.

No es necesario pisar escuelas para ser sabio, la vida es la mejor maestra. Tú me enseñaste a volar, a pesar de no hacerlo tú. A desear conocer las estrellas y los mares,  a leer...y a hacerte y hacerme preguntas sobre todo. Tú dudaste conmigo de la existencia de los dioses, pero no de la de los ángeles. Me enseñaste la magia de las flores y de las estaciones, a oler, sí, no a respirar, en el viento y en la vida. A amar y a ser leal hasta la muerte, así dejen de serlo conmigo. A pedir perdón y a perdonar, a no ser más ni menos que nadie ,a pesar de lo que tú hubieras pensado o hecho en tu vida.
Si alguien puso un alma a este cuerpo, ese has sido tú, papá. Si alguien supo verme siempre frágil, por ser su niña, y fuerte porque siempre vuelvo a levantarme, ese has sido tú.

Que ahora que en la luz ves nuestro alma, nos perdones por lo que hicimos mal , danos fuerzas para mantenernos unidos como a ti te gustaba, y dile a la diosa, bajito, que me de el consuelo del llanto. Sé mientras esperas por nosotros, feliz con los ángeles que te precedieron, y dales un beso, de parte de su hermana, tía y madre. Siempre te gustaron los niños, y más los tuyos. Tal vez, por ser como has sido, la diosa se llevó esos corazoncitos para hacerte feliz en la espera.
Desde donde estés, tranquilo, igual que tú cumpliste tu promesa de no olvidarme, yo tampoco te olvido.



Mi padre a veces ,guarda silencio. 
Otros creen que es mejor guardarlo ,hasta él mismo, hace poco me lo dijo:
es mejor callar a veces, haz que no escuchas.
Mi padre, a ratos, deja la mirada perdida,
normalmente me conoce, leo en sus ojos las estaciones que dejó atrás. También quiere volver a casa, al contrario de lo que creen algunos que no se enteran, él sí nos conoce normalmente. Nos llama por nuestro nombre familiar, nos besa, acaricia y habla.
Otras ocasiones, el silencio se hace dueño, parece que va a llevárselo para siempre.
Alguna vez pide el vaso y se lo lleva a los labios. Otras, las más, nosotros abrazamos su comida, hasta sus pañales abrazaría porque se quedara, y sus carnes que han ido yendo a otra parte, sus huesos que se quedan para marcar los caminos al puto silencio, con el que me pego, al que a ratos voy venciendo.
Mi padre ha pasado noches en vela, ha dejado sus pulmones en una mina arrancando carbón a las entrañas de la tierra para que su familia tuviera esperanza
Me enseñó a leer y los números, él que no tenía casi estudios, me enseñó que toda la vida se puede extrañar a alguien que nos ha dejado, me enseñó a amar a los que nunca he conocido.



él fue quien dijo a este ser que soy, que todos somos iguales, que todos tenemos derechos y dignidad, incluso para morir habíamos de tenerla. Tal vez no se ha ido antes, para cuidar a su mujer, para cuidarnos a todos.
En medio del silencio, intentamos que sea el ser querido que siempre ha sido para nosotros.  este gran hombre que es mi padre, me dice que la vida es dura, que hay que cogerla como se puede. Que no me hago idea de lo que se siente estando así.
Y se pierde de nuevo, para esconder al pequeño huérfano de madre, ese niño lleno de ausencia y dolor se ve en sus ojos, tose, se apoya en la cabeza, y yo lo abrazo contra mi pecho, rota, con ganas de llorar y poner fin al dolor de saber que pierdes la memoria, la fuerza y casi ni sabes si alguna vez has tenido alma.
Subimos y bajamos, pasamos ratos, horas, noches, pides a los ancestros lo velen y que escuches el teléfono. Dejas todo y a todos, él es el que te necesita ahora. Y le doy la mano, esa mano grande que siempre me tendió. Y pasa a ser mi rey, yo que paso de coronas

Paseos por la nieve, el nombre de las fuentes, el nombre de las plantas, la voz sabia del pueblo. La voz de su familia y de su padre.
Mi padre se pierde en el silencio y cuando lo beso para bajar a casa, me pregunto si lo veré mañana, o cuando lo despierto en la mañana para darle su medicina, me pregunto si alguien le habrá escuchado y le regalará la muerte dulce, en sueños que siempre pidió. Pero aunque yo creo que la muerte es dulce, morir estoy seguro que es tan duro como la vida y ruego a los dioses que al menos le conceda paz en ese instante.
Sonríe, abre los ojos, como ayer cuando su nieta lo sacó a la calle, y yo, con gripe, con fiebre, en jersey, no me atreví a moverme de la puerta de la calle, esperándole. Venía feliz, cómo hablaba! como yo, por los codos, y reía, a pesar del frío, como dijo de cojones. porque otra cosa no, pero las cosas tienen un nombre, y hacía un frío de un par de cojones, aunque ni se le veía por tapado.
Mi padre, más pronto que tarde, quedará en silencio, pero yo pondré voz a su mirada, sonrisa a sus labios. Yo dejaré atrás medicaciones, depresiones, porque no quiero que se quede en absoluto silencio, el puto y asqueroso silencio que precede a los adioses, así que no me despido más que hasta luego o hasta mañana, para que no crea que va a venir el silencio a llevárselo si se queda solo.


Hoy he de dejarte, pero espero que en algún lugar me esperes con los brazos abiertos, aunque te repito que nada he hecho para merecerlo, pues dejé mil cosas por hacer, tal vez, por egoísmo, por cobardía, por pereza...no me disculpo, solo como siempre, a ti , te digo lo que pienso.
Un beso papá, si existe algún lugar en el que estés, y si todo acaba, de veras siento no haberte dado más. Ya sabes que los sentimientos y su expresión, no se llevan bien conmigo.




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