domingo, 20 de julio de 2014





Durante mucho tiempo, el triste Rodicol permaneció callado. De su seca garganta no salía una palabra, una queja, un gruñido sordo, esos que tanto lo caracterizaban. Sus pasos fueron arrastrados y el viento se encargó de borrarlos. Debía pensar. Acaso estaba huyendo? Él  no había hecho nada a nadie. Siempre luchó por los suyos, no cayó en desgracia, cayó en desolación, hastío, engaños...
Ese mundo de fuera estaba cambiando muy deprisa. Ya no se respetaba el honor de la batalla, no se defendía la tierra a muerte. No tenía dueño, eso hacía tiempo lo había descubierto ,pero el lugar al que naces, a ese lugar que te da de comer, que te ofrece la caza, el calor en el invierno, ese lugar que no es tuyo, pero al que tú si perteneces, se defiende y tú, Rodicol ,hijo de Tremel, has huído de ti mismo para guardar silencio...hasta hoy! Alguien ha desempolvado tu cuerpo, ya no está, solo un exvoto, un ídolo en piedra por el que has renacido. Miras agradeció alrededor, apenas puedes reconocer dónde te encuentras, pero ese que mira con los ojos rasgados, antes verdes, eres tú. Respiras, el aire te quema. Ves con otros ojos...estás dentro de una mujer. No es tu madre ,ni tampoco se parece a la dulce Salce, nada que ver! Casi dirías es de otro tiempo ,pero te ha devuelto a la vida, es como un parto, es como si la diosa hubiera escuchado tus ruegos desde el silencio. Ha escuchado las súplicas de los que te perdieron y has vuelto a nacer. Es tu momento y es tu tiempo. Es tu guerra y le perteneces. Rodicol, hijo de Tremel, guerrero de bronce, no se rinde y yo he escuchado tu llamada, ya ti me entrego. Partamos antes de que amanezca, un guerrero nunca se rinde. Así es y así sea.


https://www.youtube.com/watch?v=nfw-a8CF2OY  


 

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