Llegará el sol a molestarme de nuevo en los ojos.
No me quejaré de la lluvia me la bebo!
No quiero días floridos ni noches sin tormenta.
Aquí paro, perdido, sin poder agarrar algo que no sea mi silencio y mi ausencia.
No necesito palabras, ni caricias en el rostro
-aún me duele el labio partido-
No me agarres, no necesito impulso
-aún están las huellas de tus dedos en mi cuello-
Y si llega la primavera, que venga el verano deprisa a recordarme que todo es transitorio.
Me escuecen los ojos
-será la sal del mar-
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