viernes, 3 de febrero de 2017

Yo quiero ser Zoe





Vestíbulo del hospital, antesala de análisis, no hay sillas, ni huecos para mantenerse en pie. Una pareja mayor sentada llama mi atención, la mujer atenta a los paneles, él leyendo en una tablet, calculo que pasa de los 80.
Entramos seguidos, salgo y los encuentro orientándose,
- Oye nos dices donde está la cafetería.
-Venga yo voy para allá.
En los pasillos me cuenta,
- nos dejó mi hija, hoy no podía quedarse. Cuando terminéis, vais a la cafetería a desayunar y esperáis que vuelvo. No le dije que no sabía ir, siempre vamos con ella y no me fijo, estaba muy apurada hoy, bueno... y siempre.
- No se preocupe, también tengo que desayunar yo.
En la bandeja, zumo, tortitas negras y café con leche para él; chipas  y café para ella. La ayudo y nos sentamos, ¡ Qué delicia de mujer! Menuda, alegre, vital, irradia luz.
-¿Cómo se llama?
-Zoe, pero nadie lo sabe, tenía tres hermanos mayores, empezaron a llamarme Nena y la Nena para siempre.  Hubo este verano un cartero nuevo, preguntó a medio pueblo y no me encontraba.  Cuando me preguntó a mí, todavía se están riendo mi nieta y él, le dije, ¿en este pueblo? ¡Menuda vergüenza cuando caí en la cuenta! Nos reímos los tres, su marido moviendo la cabeza.
Me habló de política, de las pensiones, del trabajo de su hijo que si cogía el día para cualquier causa grave no se lo pagaban, por eso ella nunca le decía nada, tampoco le decía a su hija, cuando podía se escapaba, pero ella era muy viva, siempre estaba pendiente, después bajó la voz para decirme:
- si yo fuera más valiente, se iban a enterar, ¿sabés eso de los cinturones?  pues eso!  No iban a caer inocentes no, que los culpables los conocemos todos y yo no tengo nada que perder, pero no soy valiente. La consolé sin darle importancia y me despedí, tenía que volver al trabajo.
En el pasillo encuentro a Silvia.
  - Hola, qué raro, te pasó algo?
-No, no, vengo a recoger a mis padres, estaban de análisis
-¿Son muy mayores? Bueno sí se valen.
- Mi padre 85, mi madre 82 y valerse? Pues mira a veces pienso que mi madre puede con ella, con mi padre y conmigo. Me reí. Silvia es la luchadora, la que da la batalla, la que nunca da un paso atrás y con la que nunca tengo que pelear en los proyectos y en las opiniones.
Me fui pensando aquello de, "detrás de un gran hombre..." está obsoleto, - Detrás de una gran mujer, está siempre una gran madre!!!!

--Margarita Soto--

No hay comentarios:

Publicar un comentario