Cuando alguien que queremos se va, nuestra piel se hace un poco más gruesa, nuestro corazón se vuelve un poco más duro.
El adiós tiene espinas. O tal vez solo hay amores asustados que hieren cuando quieres tocarlos.
Lo triste es que todos, al principio, éramos de terciopelo.
--Denise Márquez--
No hay comentarios:
Publicar un comentario