Buena luna, ha sido un día agotador, mañana miro a ver qué habéis puesto. Hoy os dejo los besos que no se consumen: besos de luna.
Me acerco a ti, enebro tu pelo negro y tejo con él un cordón que me ate a tu alma. Que te ate a ti a la mía. Para que no te vayas demasiado lejos, que si tus pequeños pasos de niña te llevan cerca del acantilado, mi alma tire de ti....
No me engañes, no me digas que me amas con la boca si te has quedado dormida sin mí. Por qué me mientes? No vas a despertarte? No vas a fumar con esa boca roja perfecta y a lanzarme el humo en los ojos? Se ha ido contigo el resto de aquello que fui yo?
Dónde pasas ahora las horas si es noche eterna entre tus párpados cerrados? Estoy aquí solo y perdido sin ti.
A qué ríos correré a beber sin el agua de tu canto?
Despierta o llévame contigo Soy un cobarde, no me atrevo a irme, tengo miedo de sufrir, de ahogarme, de no encontrarte, de hacerlo y que ya no me ames.
Quedarán las madrugadas en que me encuentre rendido a tu recuerdo, al recuerdo de unas pocas que llegaron tras de ti, qué pocas realmente me entendieron, qué pocas en verdad no me bailaban alrededor y me decían lo que quería oír. Sólo unas pocas me amaron, rebeldes contra sí y contra mí. Me sobran dedos de la mano para enumerarlas, como un saldo, como un despojo, como las lancé al fondo del abismo por no amar, por no entregarme, por miedo a sufrimientos y agonías. Por miedo a que se fueran para siempre.
Pálpito en la sangre aquella a la que amé, latido en el pulso , aquella a la que despojé de la risa y de los sueños. Devoradme fieras nocturnas, engendros de infiernos, orgasmos de muerte al alba en brazos de mis miedos. Perdonadme espectros hermanos que mi desprecio la matara en vida y ya nunca más ame.
--Mayo--
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