Mis raíces con Asturias, no son de sangre, o tal vez lo fueran en tiempos que ya han quedado en la niebla del tiempo, pero no en el olvido. Mis montañas y las suyas son las mismas, tiempos en que los astures, vadinienses y muchas tribus más, cubrían majadas y valles, cumbres y llanos con castros. Solían hacer pactos por uniones, lo que hoy llamaríamos matrimonios. Los hombrees, al parir la mujer, tomaban al recién nacido en brazos, para reconocerlo como propio, fuera suyo o no, pues aún se tuviera pareja, cada uno era libre de tener escarceos, sobre todo en tiempos de celebraciones como los solsticios. Así, la sangre leonesa y asturiana, se fue uniendo. Puertos que fueron caminos. Batallas a vida o muerte, por la libertad, pues ese era su bien más preciado ,contra romanos y otros invasores. Cayeron más tarde que pronto nuestras tierras, no nuestras como propiedad, nuestras como el territorio de caza de un lobo. Hogueras en los picos, nieblas que parecen no irse nunca, paisajes de cuentos de hadas y brujas. Carácter indomable, fuerte, leal y valiente, libre! Capitales de reino milenarios, norte, norte, cierzos y brumas. Orbayo vuelto en escarcha en las tierras que nací. Sirva de homenaje este poema, a mi tierra de nacimiento y a mi tierra chica, al mar que me besó los pies antes de andar. Que el tiempo no os calle. Cuatro hermosas provincias, Asturias, y las tres provincias leonesas, Salamanca, Zamora y León.
"El cántabro, invencible ante el frío, el calor y el hambre, se lleva antes que nadie la palma en toda clase de trabajos. ¡Admirable amor a su pueblo! Cuando la inútil edad senil comienza a encanecerle, pone fin a sus años, ya no aptos para la guerra, envenenándose con el tejo. Para él es imposible vivir sin la guerra, pues toda la razón de su vida la pone en sus armas, considerando un castigo vivir para la paz."
Silio Itálico (III, 326-331)
Más nadie se engañe, nuestro castigo es vivir sin libertad...
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Llanes |
Asturias, si yo pudiera,
si yo supiera cantarte...
Asturias verde de montes
y negra de minerales.
Yo soy un hombre del Sur
polvo, sol, fatiga y hambre,
hambre de pan y horizontes...
¡Hambre!
Bajo la piel resecada
ríos sólidos de sangre
y el corazón asfixiado
sin venas para aliviarte.
Los ojos ciegos, los ojos
ciegos de tanto mirarte
sin verte, Asturias del alma,
hija de mi misma madre.
Dos veces, dos, has tenido
ocasión para jugarte
la vida en una partida,
y las dos te la jugaste.
¿Quién derribará ese árbol
de Asturias, ya sin ramaje,
desnudo, seco, clavado
con su raíz entrañable
que corre por toda España
crispándonos de coraje?
Mirad, obreros del mundo
su silueta recortarse
contra este cielo impasible
vertical, inquebrantable,
firme sobre roca firme,
herida viva de su carne.
Millones de puños gritan
su cólera por los aires,
millones de corazones
golpean contra sus cárceles.
Prepara tu salto último
lívida muerte cobarde
prepara tu último salto
que Asturias está aguardándote
sola en mitad de la Tierra,
hija de mi misma madre.
--Pedro Garfias--
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Sin León no hubiera España,
que antes que Castilla leyes,
Concilios, fueros y reyes,
dieron prestigio a León.
La fama cantó su hazaña
con clarines de victoria: ¡León escribió la historia
de Covadonga a Colón!
Con su sangre a torrentes vertida
dio a la Patria preciado blasón
y en sus labios cobró vida
el hermoso lenguaje español
¡Viva León!
Tierra hidalga, tierra mía:
estrofas del romancero,
desde Guzmán a don Suero,
va tremolando el honor.
Con su sangre a torrentes vertida
dio a la Patria preciado blasón
y en sus labios cobró vida
el hermoso lenguaje español. Tierra hidalga, tierra mía:
estrofas del romancero,
desde Guzmán a don Suero,
va tremolando el honor.
Con su sangre a torrentes vertida
dio a la Patria preciado blasón
y en sus labios cobró vida
el hermoso lenguaje español.
Gloria a ti, pueblo sin par;
a mi labio el corazón
se asoma para gritar:
¡Viva León! ¡Viva León!